Los recientes trabajos de Iñaki
Garmendia tienen su antecedente en en un proyecto similar con el que
acudió a la Bienal de Tai Pei. Allí, el artista ensayó con un grupo
de punk japonés varias versiones de grupos de rock radical vasco
como Kortatu o Zarama. Ese trasvase de un lenguaje cultural
aparentemente local, convertido en un elemento entendible por
cualquiera a escala universal vuelve a estar presente en estos dos
vídeos sincronizados. Como su compañero Asier Mendizabal, es
consciente de que un evento a nivel masivo de esta magnitud puede
desdibujar y relegar a un segundo plano lo que realmente importa,
las creaciones, en favor de un concepto del acontecimiento más dado
a ser rentabilizado por instituciones y políticos. Pese a todo, «no
creo que no estando un artista salga ganando». Garmendia cree que,
pese a sus dimensiones y las previsiones de una posible gran
afluencia de público a Manifesta, «estoy cada vez más convencido de
que el arte está dirigido a unos pocos» y que el acercamiento del
gran público a las obras contemporáneas se ha vuelto «muy
respetuoso». Pese a todo, lamenta que no se suele tener en cuenta
que el arte moderno requiere una iniciación que ayuda a evitar que
la gente, al ver tu trabajo, se crea que le estás tomando el pelo
porque no lo entiende».